Sunday, June 18, 2006

Sueño 259

Mi hermano me llama para que le ayude con un toro que hemos de meter en algún sitio. Es muy peligroso y hay que tener mucha experiencia en el asunto. Ya lo hemos hecho más veces, es algo que hace todo el mundo. Estamos en un bosque; el toro va por un camino mientras nosotros nos ponemos a salvo. Tenemos que conducirlo a alguna parte. Llegamos a un lugar donde hay una caseta de madera: es nuestra salvación. Yo me adelanto, quiero meterme allí cuanto antes pero primero tengo que esquivar al toro. Me adentro en la finca y viene hacia mí. Podré salvarme si lo agarro por los cuernos. Consigo hacerlo pero curiosamente sólo tiene uno. El toro intenta tirarme pero yo estoy bien agarrada y consigo librarme de él. Me meto en la caseta y espero impacientemente a mi hermano. Tiene que hacer lo mismo que yo pero no confío en que lo logre. Tarda mucho: sin duda el toro lo ha matado. Viene alguien, creo que es mi novio; va a ver al toro que está muerto y me trae un trozo de jamón arrancado de este, el resto se pudrirá. Le pregunto si vio el cadáver de mi hermano y me responde negativamente. Deduzco que no ha muerto, pues de lo contrario el toro seguiría vivo: tuvo que ser él quien lo mató. Más tarde aparece y le echo la bronca por no haberme avisado de que estaba vivo.

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